Datga, uno de los rincones más bellos de Turquía y el punto de unión del mar Egeo con el mar Mediterráneo, le hará disfrutar de unas vacaciones inolvida-bles con su limpio aire, restaurantes de pescado, restos arqueológicos y be-llezas naturales. Una de las costas de la península de 70 km de longitud que se extiende desde Marmaris hacia el oeste, se encuentra el Golfo de alca-va, y en la zona opuesta, el golfo de Hisarónü. La región, que fue declarada zona protegida ambientalmente por su ubicación comienza desde el Golfo de Bendk, y se extiende hasta el extremo de la península Knidos. Datga, el lugar preferido de las personas que quieren huir de las grandes urbes por sus aguas tranquilas, club de vacaciones, hoteles de calidad, bonitos restaurantes de pes-cado, restos arqueológicos y una natu-raleza virgen. Es una zona de las más ricas en oxigeno del mundo y la primera de Turquía. Los hallazgos en la Península de Da-tga se remontan a los años 2000 a.C. La primera población local conocida en Datga, fueron los caños y vivieron el
periodo más laureado con los dóricos. Los canos vinieron a la zona en el año 1000 a.C., pasando por Grecia y Tracia y fundaron Knidos, el centro de la civili-zación dórica, en Burgaz, situado a 1,5 km al norte de Datga. Knidos, que fue conquistado por los persas posteriores al año 546 a.C., por motivos comer-ciales, tuvo que trasladarse en el siglo IV a.C. al externo de la península, hoy lugar donde se encuentran espectacu-lares minas. Los dorios y los romanos construyeron numerosos templos en Knidos y la ciu-dad alcanzó su fama con la estatua de Afrodita. En los últimos años de Roma y los primeros de Bizancio, las iglesias tomaron el relevo de los templos y la población de la dudad alcanzó 70.000 habitantes. La dudad que perdió su poderío en los últimos años del impe-rio Bizantino, debido a terremotos y ataques de los piratas, fue abandona-da totalmente. La