Al norte de Tekirdağ en la frontera entre Grecia y Turquía, Edirne (Adrianopolis) fue, durante algunos años, la capital otomana
En el siglo XVIII fue una de las siete mayores ciudades en Europa. Ubicada en una frondosa llanura de álamos cerca de la confluencia de los ríos Tunca y Meriç, esta ciudad de gran riqueza histórica, acoge a los visitantes en su camino hacia İstanbul y otros lugares al este. La población de Edirne tiene sus orígenes bajo la dominación de los macedonios. El Emperador romano Adriano reconstruyó la ciudad y la renombró como Andrinópolis. Con la división del imperio romano, los bizantinos reclamaron la denominación de Edirne.