San Juan Evangelista eligió esta ciudad para es-cribir su Evangelio, mientras que, como había prometido a Jesús, cuidaba de la Virgen María quien vivió aquí hasta su muerte. La decadencia de Éfeso llegó con los godos a principios del siglo III d.C., tras sufrir un tremendo saqueo. A pesar de ello, el Concilio Ecuménico de la mitad del siglo V tuvo lugar aquí, en Éfeso. Después, la ciudad tuvo que sufrir los aluviones del río Caistro y las epidemias de paludismo.
Bergama, que históricamente fue uno de los principales centros culturales de Turquía, se ha convertido hoy en día en un importante parque arqueológico. Paseando por su Acrópolis no hay que
perder de vista los templos de Trajano y Dionisos, el monumental Altar de Zeus, el Santuario de Deméter o el Gimnasio. La Acrópolis está extendida sobre tres terrazas y el ágora.
Historia Bergama, la antigua Pérgamo, se asienta sobre unas fértiles tierras, de ahí que fuese poblada desde tiempos prehistóricos. Gracias al río Selinus, aquí se desarrollaron las soberanías lidia y persa. En el año 334 a.C., Pérgamo pasó a formar parte del Imperio de Alejandro Magno. A la muerte del gran emperador, la ciudad pasó a ser go-bernada por el general Lisímaco Poco después, Filetairos la convirtió en un reino independiente. Con las dinastías de Atalo y Eumene, este pequeño reino llegó a dominar toda la región occidental de Anatolia. Tras muerte de Atalo III, en el siglo II a.C., el Reino de Pérgamo se convirtió en provincia romana. Desde ese momento y hasta el siglo III d.C., Pérgamo fue, junto con Alejandría, uno de los principales focos culturales, científicos y artísticos de Occidente. La biblioteca de Pérgamo llegó a tener más de 200.000 rollos de pergamino. Con la llegada del Cristianismo, la ciudad perdió importancia aunque nunca dejó de desarrollarse culturalmente.
334 a C El Imperio de Alejandro Magno se apodera de Pérgamo
281 a C Filetario se proclama gobernador de Pérgamo
129 a C Pérgamo se convierte en una provincia romana