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Patara Un Refugio Espiritual

  • Aug 01, 2019

Patara, en la antig�edad, fue un referente en la creaci�n de una sociedad verdaderamente democr�tica que tuviera una convivencia pac�fica con el entorno natural de la ciudad.

Patara, bendecida como fue en la creaci�n por el hijo de Apolo, Patarus, seguramente siempre fue un lugar de inspiraci�n y cooperaci�n. A lo largo de los siglos, la ciudad se mantuvo y creci�, apoyada por la naturaleza y amada por todos los que la visitaban.

Como uno de los asientos m�s influyentes de la Liga Licia, Patara, era una ciudad conocida por su gobierno democr�tico y su uni�n con la naturaleza. La antigua Casa del Consejo, el Bouleuterion, albergaba al menos veintitr�s ciudades-estado de la Liga Licia, que existi� a lo largo de la costa mediterr�nea de T�rkiye desde aproximadamente el 167 a. C. hasta el 400 d. C. La ciudad estableci� una democracia pr�spera, utilizando la representaci�n proporcional, que no ten�a paralelo en el mundo antiguo. Patara se bas� en gran medida en el mundo natural para su continua expansi�n y resistencia. El mar, el r�o y los bosques verdes de la zona apoyaron a la ciudad en sus ambiciones y, en �ltima instancia, la ayudaron a convertirse en una inspiraci�n para las ciudades de todo el mundo, tanto en el mundo antiguo como en el moderno.

Encaramado en el mar, junto a la desembocadura del r�o Xanthos y rodeado de verdes colinas y valles, Patara fue y sigue siendo un lugar id�lico. La ciudad contaba con un puerto natural y su destino estaba estrechamente entrelazado con el mar, sus mareas y corrientes. Estas mareas trajeron a Patara a grandes pensadores, l�deres y espiritistas de la �poca, una tendencia que contin�a en la Patara de hoy, ya que visitantes de todos los �mbitos de la vida vienen a explorar la ciudad. A medida que la ciudad se enriqueci� culturalmente y a trav�s del comercio, su poblaci�n tambi�n floreci� y se hizo fuerte. Con el apoyo de la tierra circundante, los visitantes se inspiraron en el liderazgo de la ciudad, los ideales democr�ticos y su conexi�n con la naturaleza.

Hoy en d�a, vivimos en ciudades que est�n ampliamente conectadas por el comercio y los visitantes (ya sean turistas, nuevos lugare�os o viejos amigos y familiares) todos agregan un sabor y disfrute particular a nuestras vidas. Lo que falta, sin embargo, es una verdadera conexi�n y v�nculo con la naturaleza. Reflexionar sobre lo que podr�a ser el futuro puede significar dar un paso atr�s hacia el pasado y Patara es el lugar perfecto para tomar un momento y pensar en lo que es y lo que puede ser.

Mientras los visitantes pasean por las ruinas de esta antigua ciudad, las reliquias de vidas pasadas se mezclan con el entorno natural, record�ndonos que la naturaleza est� siempre presente y perdurable. Al caminar por las antiguas calles con columnas, uno puede imaginarse a los vendedores gritando y a los clientes inspeccionando las mercanc�as, mientras el canto de los p�jaros ca�a en cascada sobre el valle y las olas chocaban contra la orilla, �ni una bocina de autom�vil al alcance del o�do! Continuando por las calles, los visitantes encontrar�n ba�os termales, llenos de manantiales de monta�a. En la antigua Patara, como en el hammam local, la oportunidad de socializar con vecinos y amigos a�n perdura hoy, solo que el entorno es diferente. �No es gracioso pensar que, aunque el conocimiento y la tecnolog�a nos han llevado tan lejos, nuestro sentido de comunidad y el poder de la comunidad han perdurado a trav�s de los siglos?

Los visitantes de Patara llegar�n por caminos de senderos cubiertos de hierba hasta el Bouleuterion, donde se reuni� el parlamento. Con espacio para al menos 1.000 representantes, el Bouleuterion, con sus vistas de la ciudad al mar, debe haber sido un lugar de animado debate. Poner un pie aqu� hoy es a la vez inspirador y algo estimulante. Aquellos bajo el gobierno de Lycian crearon comunidades que realmente florecieron y se apoyaron mutuamente, trabajando como una ciudad para alcanzar metas comunes y trabajando juntos dentro de la regi�n para abordar problemas. Tambi�n podemos ver a Patara y Lycia elogiados por Montesquieu; "Si tuviera que dar un modelo de una excelente rep�blica confederada, deber�a apostar por la de Licia".

Los visitantes de hoy, como los pataranos de anta�o, se inspirar�n en la proximidad al mundo natural. Vagando por los pastos que podr�an haber sido campos ricos en huertos o granos, recolectados para llenar graneros hinchados, todav�a visibles hoy. La r�faga del oc�ano en la brisa llenar� a los visitantes con la enormidad del mar, el mundo y nuestro lugar en �l. Permitir un momento para hacer una pausa para reflexionar sobre el impacto positivo que la vida de cada persona puede tener en nuestra comunidad y el mundo que nos rodea. Uno de los faros m�s antiguos del mundo todav�a se encuentra en Patara, construido por Ner�n en el 65 dC. El faro es tanto un testimonio de nuestra necesidad humana de conexi�n como un reflejo de la naturaleza sobre el destino de la humanidad.

Impulsados, sin duda, por los abundantes alrededores, los ciudadanos de Patara aprendieron a crecer y prosperar en una verdadera democracia. El impacto de su convivencia pac�fica entre ellos y la tierra fue una inspiraci�n para otras ciudades a lo largo de la costa mediterr�nea y su legado contin�a en la actualidad. Los visitantes de Patara hoy se sentir�n inspirados por los ricos v�nculos democr�ticos con la zona, la rica naturaleza que rodea la ciudad y la posibilidad de vivir una vez m�s en verdadera comuni�n con la naturaleza.